El exceso de información genera desinformación, porque dificulta la visibilidad del conjunto y la capacidad de localizar lo que importa en cada caso, o de distinguirlo claramente. Todo el mundo tiene la experiencia de perder cosas precisamente porque las ha guardado muy bien, el problema es encontrarlas después, en medio de tantas otras.
En el uso actual de la informática el problema está muy agravado, por un lado, porque permite acumular fácilmente gran cantidad, pero no organizar su visibilidad, que es una cuestión cualitativa mucho más compleja. Y por otro, porque al predominar los mecanismos automáticos es imposible distinguir lo importante de lo que no lo es. Esto es lo que sucede con Google, cuyo criterio de búsqueda se reduce a que aparezca una palabra, en el título o en todo el contenido. De hecho ni siquiera distingue las localizaciones, de modo que en Google es habitual que muchos items que aparecen separados remiten al mismo contenido en la misma localización.
La información que ya no lo es propiamente es el ruido, algo mucho más grave que lo que dijimos sobre las cosas perdidas por estar muy bien guardadas. Pero se puede equiparar a lo que pasa cuando alguien tiene la costumbre de guardarlo todo «por si acaso», y luego experimenta que tanta acumulación de «chatarra» lo que hace es dificultar o impedir la recuperación de lo importante.
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*El autor de Transparencia o barbarie, Basilio Lourenço, quiere establecer a través de los pequeños artículos que iremos publicando en este blog un diálogo inicial con los lectores y lectoras del ensayo, así como con las personas con una cierta preocupación por el mundo que habitamos. Si lo deseáis, podéis contactar con él y participar de este diálogo, a través de esta misma web y de nuestras redes sociales, principalmente facebook y twitter. El debate está abierto, puedes seguirlo aquí.